A diferencia del problema de la vida, el problema de la muerte no admite disolución. Nuestro miedo a la no existencia es algo preestablecido por la naturaleza. No tendría sentido que una criatura temiera algo que no tiene esperanza de cambiar, como el momento de su nacimiento. Sin embargo, es muy lógico tener miedo a la propia muerte, porque uno tiene cierto grado de control sobre el momento oportuno. El instinto es un instrumento contundente. Continúa teniendo esperanza, y continúa haciendo que nos encojamos de miedo, aunque la muerte sea inevitable.
• Tener un reloj de pestañitas. • Que Halve cumpla su promesa de regalarme un libro cada mes, por lo menos hasta final de curso. • Crear un blog literario. • Tener un Mr. Potato. • Encontrarme una caja con libros en la calle (a ser posible al lado de un contenedor de papel). • Ver cada semana una película basada en un libro. • Que Ainhoa y yo hagamos palomitas con el teléfono móvil. • Pasar una tarde en una librería de viejo. • Tener un guante gigante para animar a equipos de baseball. • Ver Poesía. • Leer seguido durante una noche entera. • Tener una Moleskine. • Ver a Monserrat Caballé. • Jugar al juego de las sillas. • Comprarme un κομπολόι. • Hacer la coreografía de Grease. • Regalar al menos un libro. • Que me regalen (sí, tiene que ser regalada) una máquina de escribir usada. • Dormir en la bañera tapado con una manta. • Organizar una conga y bailarla. • Poner un espejo en mi habitación. • Traer el puff de casa de mi abuela a la mía. • No ser tan cabezota. • Tener peces de agua fría. • Comer con las manos. • Aprobar P.A.U.. •Tener una planta carnívora. • Visitar Grecia. • Aprobar 2º de Bachillerato. • Sacar el carnet de conducir. • Tener un Maneki-Neko. • Visitar India. • Robar un libro (o varios). • Un tatuaje pequeño. • Ir a un país nórdico. • Una nueva cámara de fotos. • Comer algo que yo haya cultivado. • Comprarme un gorro. • Leer al menos cinco libros todos los meses. • Viajar a New York. • Aprender algún idioma nuevo.
Incumplibles
• Ir a un concierto de Amy Winehouse. • Un libro firmado por Saramago en persona.