lunes, 4 de enero de 2010

Historias con alma I;

Vivir es aprender a decir adiós, pero sólamente puede decir adiós el que ha dicho hola. [...]. El miedo va a estar siempre presente en la experiencia del final, por una razón muy sencilla: nadie nos queremos morir. La clave está en no huir, la clave está en afrontar.
La soledad no se produce por no tener nadie al lado, sino por no tener con quién poder hablar de aquello que es importante para tí.
¿Y al final qué es lo importante?
Poder sentirte querido.

¿Qué paradójico, no? En medio de tanta muerte, tantísima vitalidad, tantísima vida.

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